Cuando realizas una transferencia bancaria, es común sentir inseguridad hasta que el destinatario confirma la recepción del dinero. Aunque los sistemas electrónicos suelen ser confiables, siempre existe el riesgo de errores humanos o fallos informáticos que impidan que el dinero llegue correctamente a su destino o termine en otra cuenta.
Por eso, es fundamental hacer un seguimiento de la operación y conocer bien cómo funciona el sistema de transferencias. El tiempo que tarda en reflejarse depende del tipo de transacción: una transferencia electrónica tradicional puede demorar entre 1 y 2 días hábiles, mientras que una transferencia SPEI suele completarse en cuestión de segundos.