Pero sí: la protesta se salió de control. Hubo actos vandálicos, disturbios… y como era de esperarse, los reflectores apuntaron no al origen del problema, sino a los vecinos del Sur

En respuesta, nuestra presidenta Claudia Sheinbaum, con serenidad y claridad, dijo:

“Comprendemos el dolor y la causa de quienes alzan la voz, pero jamás respaldaremos la violencia. La protesta pacífica es legítima, pero jamás será la vía la confrontación violenta.”

Fue Diplomática. Firme. Clara.
Pero eso no le bastó a los gringos...
Desde el gabinete de seguridad de EE.UU., la secretaria de seguridad nacional insinuó que la presidenta de México estaba “incentivando las protestas violentas.”

¿¡Perdón!? ¿¡QUÉ!?
Por supuesto que no.

Es una acusación absurda, infundada y sin una sola prueba. Pero eso sí, bien escandalosa, bien útil para los titulares.

Y Claudia, como lo que es —una Jefa de Estado, respondió:
“Nosotros no apoyamos la violencia. Respetamos el derecho a la libre manifestación, pero siempre de manera pacífica. Rechazamos cualquier forma de confrontación.”

Traducción para los que fingen no entender:

Apoyamos la causa, no el caos. Respaldamos la dignidad, no los disturbios.
Ahora… ¿quién sí ha promovido odio, violencia y discriminación?
Ya saben quién. Donald “el Muro” Trump.
Pero aquí viene lo más triste y cínico: la oposición mexicana.

Mientras allá nos acusan sin pruebas, la derecha local le prende fuego a todo lo que huela a dignidad nacional.

Ahora salen con que Claudia está “poniendo en riesgo la relación con Estados Unidos.”

¿Perdón? ¿La misma oposición que calló cuando Trump insultó a los mexicanos?

¿Los mismos que firmaron el infame “Quédate en México” sin rechistar?

Hipócritas de exportación premium!
Aquí algunos datos para los que andan desinformados:
Más del 60% de los migrantes en EE.UU. trabajan en sectores esenciales: agricultura, construcción, salud…, son ellos quienes hacen que el motor económico funcione… mientras los políticos gringos los desprecian.

Y no, lo que les duele no es la protesta.
Lo que les arde es que hoy México no se agacha.
Hoy México no se arrodilla.
Hoy México tiene voz propia y tiene una Presidenta que no se deja.
Mientras algunos se indignan cómodamente desde twitter, en México se sigue construyendo un país con dignidad, con memoria, y con una presidenta de lujo.
Porque aquí no exportamos violencia.
Aquí exportamos dignidad.
Y usted que me lee, ¿usted qué exporta?