El abogado mixteco tiene claro el sentido clasista y racista que la sociedad le ha dado a los pueblos originarios y afromexicanos.

Contundente el abogado señala: Es indígena, entonces no razona. Los indígenas somos ciudadanos de Segunda y de Tercera.
Los afros creo que de Cuarta o Quinta.

¿Cómo opera el racismo y el clasismo en nuestra nación?

Si se trata de una obra que elaboró alguien que fue a la universidad, es arte; Si es una obra que luce a la vista, es artesanía porque es de los indígenas; Si es alguien que cree en la espiritualidad pero fue al seminario, es sacerdote, pero si es de la comunidad es brujo.

Si se trata de una norma que construyó el Poder Legislativo, nadie niega, aunque sea una norma injusta que es norma jurídica, pero si son normas de los pueblos, son usos y costumbres, fuente de derecho, pero no derecho mismo.

Si es una actitud para el no indígena es persistencia, pero si esa misma actitud es del indígena, es un terco.

En México hemos construido un conjunto de antivalores de los pueblos indígenas.

Los pueblos no requerimos limosnas, dádivas, requerimos un lugar justo y digno en el país, que lo que nos toque así sea poco, se reciba por dignidad, por reconocimiento a nuestra condición de ser pueblos y comunidades originarios de esta nación. (Sic)

Es tiempo de revertir esa condición racista y clasista.

Una condición en la nueva Corte será dignificar la voz, el pensamiento, la cosmovisión de los pueblos indígenas en cada debate que haya.

Para quienes no asimilan el cambio histórico en el Poder Judicial y les urge ungüento Vitacilina, es bueno vayan reconociendo de qué lado masticará la iguana a partir de septiembre próximo.

Cd. Delicias, Chih., junio 4 de 2025.